UN PAÍS Y SIETE HISTORIAS

En la Declaración Universal de los Archivos, adoptada por la UNESCO, Paris 10 de noviembre de 2011, encontramos los siguientes argumentos:
“Los archivos custodian decisiones, actuaciones y memoria. Los archivos conservan un patrimonio único e irremplazable que se transmite de generación en generación… Juegan un papel esencial en el desarrollo de la sociedad contribuyendo a la constitución y salvaguarda de la memoria individual y colectiva.
Estamos acostumbrados a hablar de archivos. Antes eran fundamentalmente de papel y ahora son digitales. Las nuevas tecnologías han permitido clasificar y conservar de manera eficaz muchos datos y documentos históricos que se consideran además muy relevantes para comprender la vida de un país como Andorra; su historia, costumbres, opiniones, crecimiento y perspectivas de futuro. En cierto modo, el archivador, las personas o institución que conserva ese legado es como el guardián de la memoria.
La información contenida en formato físico tiene todavía cierto peso en los entornos de trabajo. Según la organización estadounidense Asociación para la Gestión Inteligente de la Información [AIIM], cuatro de cada diez organizaciones aún sienten la necesidad de consultar y guardar documentación en papel, La Asociación Nacional de Microfilmes. Se convirtió en 1982 en la «Asociación para la Gestión de la Información y la Imagen». El nombre volvería a cambiar en 2018 a la «Asociación para la Gestión Inteligente de la Información», manteniendo el acrónimo AIIM.
Todo tipo de archivo en el formato tradicional, incluidos aquellos de mayor valor, no están exentos de sufrir el deterioro del tiempo o las consecuencias de la humedad e incluso de ciertas plagas como las termitas También son susceptibles de sufrir incendios, como el ocurrido en abril de 2019 en Notre Dame, así como el riesgo a desaparecer por completo si recordamos el robo en diciembre de 2015 del Códice Calixtino de la Catedral de Santiago de Compostela. De ahí, la importancia de digitalizar información histórica para que, en caso de un «accidente», no se pierda un tesoro tan irremplazable.
Nuestros recuerdos se suelen perder a corto plazo, pero el trabajo de conservar, clasificar en orden lógico miles y miles de documentos de texto y audiovisuales, catálogos y toda clase de novedades es una ardua tarea que requiere una mezcla de vocación, habilidad analítica y una mente abierta a los nuevos recursos tecnológicos y todo ello para que cumpla el propósito final de no olvidar todo lo sucedido.
Una de esas atractivas herramientas tecnológicas ha sido la exposición virtual «Un país, set parròquies. L’Arxiu de les Set Claus».
Desde principios del verano, el 9 de junio, Día Internacional de los Archivos, hasta el viernes 31 de diciembre del 2021, el Arxiu Nacional d’Andorra [ANA], Andorra la Vella, ha puesto a disposición de todos sus ciudadanos y foráneos una visita virtual que contiene el fondo documental de l’Arxiu Set Claus [ASC] declarado Bien de Interés Cultural [BIC] desde el pasado año 2020. La web Arxiuenlinia.ad ofrece a sus usuarios el conjunto documental del L’Arxiu de les Set Claus. Se han incorporado además los 5.859 documentos digitalizados durante el año pasado con las descripciones archivísticas, de forma accesible y gratuita.
Como novedad, en el link web del Archivo, también podemos encontrar el inventario del fondo completo y en formato de datos abiertos [CSV], para que cualquier persona pueda analizar, reutilizar y redistribuir estos datos.
Desde el Archivo Nacional hay una gran voluntad de sumarse a la iniciativa Open Data y de reutilización de la información a través de la transparencia de datos Por ejemplo, en el apartado de fotografías podemos contemplar imágenes que se remontan hasta 1869 y colecciones documentales de más de veinte fondos, clasificadas en diez temas como las correspondientes a la naturaleza y el paisaje, actos oficiales, de actividades económicas o de comunicación y transporte entre otras muchas interesantes opciones.
El fondo [ASC] ingresó en el Archivo Nacional el 22 de marzo de 1993, procedente del Consejo General, una de las instituciones más antiguas de Andorra. A mediados del siglo XIV encontramos las primeras referencias de reuniones celebradas en el porche de las iglesias y en las que se abordaron temas que afectaban al gobierno y la organización de las tierras y de los valles. El día 11 de febrero de 1419, Francisco de Tovià, obispo de Urgell, otorgó la autorización para constituir el Consejo de la Tierra, con la representación de las parroquias que se reunirían una vez al año, presididas por dos síndicos que eran elegidos anualmente. La autorización fue confirmada el 17 de diciembre, por el conde de Foix, Juan I. Desde esa fecha, las funciones del Consejo General han evolucionado desde la regulación administrativa, política, jurisdiccional y legislativa.
UN ARMARIO CON SIETE CERRADURAS
La documentación producida durante todo este tiempo hasta el año 1978 se guardaba en un armario con siete cerraduras y siete llaves, una por cada parroquia. Así era como el representante de cada parroquia se aseguraba de que nadie abriera este archivo sino estaban todos presentes.
Decía Barbara Tuchman, historiadora, periodista y escritora estadounidense:
«Para un historiador las bibliotecas son el alimento, el refugio, e incluso la inspiración. Hay de dos tipos de bibliotecas: las de materiales publicados, libros, folletos, publicaciones periódicas; y las de los archivos de documentos inéditos”
Un país que cuida su historia es un país que ama sus orígenes y cuya presencia se enraíza en el corazón de sus ciudadanos. El vídeo documental L’Arxiu de les set Claus, nos da las pistas para comprender nuestro pasado y mirar con admiración todas las iniciativas y esfuerzos por preservar nuestra cultura e impulsar el progreso y la economía de un país como Andorra, con una vida y bienestar admirados desde Europa y desde otros organismos internacionales.
Mantener el estatus de calidad de vida nos lleva inequívocamente a una cuidada elección de la vivienda. Con una población de 78.000 personas, según los censos de este año, Andorra es un país poco habitado ya que su densidad no supera la de 166 habitantes por Km2. Esto quiere decir que más del 90% del suelo andorrano es zona verde y se encuentra rodeado por una naturaleza que garantiza la calidad del aire y del agua como uno de los principales factores de su longevidad.
Además de la vivienda de nueva construcción o de segunda mano que podemos encontrar en los principales núcleos urbanos o parroquias, muchas personas eligen asentarse cerca de las pistas de esquí o paisajes de ensueño.
En La CLAU group Andorra, asumimos desde el principio ese compromiso con nuestro legado histórico y de contribuir con nuestro esfuerzo a ofrecer una oportunidad para el bienestar. Decía el sabio que no hay nada más dulce como el hogar, la confianza que nos transmite poder contar con un refugio que es al mismo tiempo un espacio donde desarrollarnos, compartir nuestros sentimientos y disfrutar del cariño de la familia.
Nuestra historia reciente estuvo durante mucho tiempo custodiada por siete llaves, y esto demuestra el empeño y cuidado que ponemos en todo lo que amamos.
Mientras intentamos conservar el legado histórico y el patrimonio documental de nuestro país, todos nosotros somos conscientes de que todavía podemos escribir una nueva línea de nuestra propia historia y que una de las experiencias más vitales que podemos disfrutar y compartir está asociada a la adquisición de una vivienda. Da igual lo que hagamos o lo lejos que nos lleve nuestro camino, saber que hay un hogar esperándonos, nos llena de una profunda satisfacción.
En La CLAU group Andorra, podemos consultar un extenso catálogo de viviendas de todos los tamaños y características. Hay un lugar acogedor esperando que lo descubramos.